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Revelaciones 61

… rezo… (20:58) a (21:20)

 

Yo.- Amor y Dios mío, pide mi esposo me permitas ser medianera entre él y San José, para que éste último le diga paso a paso lo que tiene que hacer en su profesión. 

+ Amado Fuerza, mi padre San José, se puso en manos de Dios. Haz tú lo mismo, y acude directamente a Mí, ya que San José, sólo puede interceder; en cambio Yo, Dios, soy el amo del presente y del futuro.

Hacer de jardinero es un oficio agradable a Dios, si se hace por Él. Tu hijo Bondad, te ayudará a trabajar físicamente.

Te amo, Fuerza, hijo mío. Acude a la oración y cobíjate en los brazos de mi Madre, que es la tuya.

Y hablando de lo que tienes que decirle al obispo Jazmín: sólo lo que Yo, Dios, te dije que le dijeras; no le des nada ni le enseñes nada, quizás más adelante; ya que deseo que seas duro cuando vayáis a verle. Y la dureza es breve y va directa al corazón. Nada de devaneos, sólo lo que te dije el otro día, y después de decírselo de propia voz, le das la copia por escrito. Ya sé que es muy duro, pero vas de parte de Dios, y Yo no voy con devaneos. Lo que deseo es asustarlo para que reaccione. ¿Lo has entendido, amado Fuerza, hijo bueno y fiel? 

* Primavera, amada hija, tranquilízate, mi Hijo está con vosotros. Haced lo que Él os diga, y como en Caná, el agua se volverá en exquisito vino.

No me tengas miedo.

Con mi esposo José, también pasamos muchos apuros económicos, pero Dios Padre nos suministró siempre lo necesario y conveniente, ten fe.

Todos los que estamos en el Cielo, os amamos y pedimos a Dios por vosotros. Alegrad vuestro rostro, que conocéis Dios, y Él os conoce como la palma de su mano, y os cuida y lo controla todo. Vuestra Madre os ama, hijos fieles a Dios y de Dios.