Saltar al contenido

Revelaciones 29

… rezo… (19:06) a (19:17)

 

Yo.- Me ha dicho mi amado esposo, Fuerza, esta mañana, que te pregunte si tenemos que ir siempre a misa a Finsiux, o para “nuestro trabajo”, sería conveniente también ir a misa a nuestro pueblo. ¿Qué dices a ello? (rezo la oración de la luz) 

+ Seguid yendo con mi amado hijo Cal, él os necesita más que nadie, aunque no lo aparenta. Sed muy buenos con él, todos, incluso vuestros hijos. Está pasando unos malos tiempos, y ahora sería contraproducente para Mí, el que os fuerais.

Que vuestros hijos pequeños, de momento, no vayan a confesarse con él, hasta que mi amado hijo Cal, tenga otra vez mi paz.

Cal, hijo mío, te reprendo Yo, tu Dios y Señor; no te has portado bien, pero has sabido rectificar, y eso me agrada, ¡te amo tanto, tanto, oh Cal, hijo mío! Tus padres no paran de interceder por ti. Sí, están aquí conmigo y con mi Madre Santísima; tus oraciones les han hecho mucho bien, y ahora ellas vuelven a ti, y Yo te protejo. Recuerda siempre, hijo mío, Cal, que tu Dios te ama. Sé más dulce en tus sermones; no me agrada que estés tan alterado, eso te daña y me daña, ya que mis hijos me temen, y Yo soy amor, y te amo como a un hijo preferido. No temas al futuro, cada día tiene su afán, y Yo Dios lo controlo todo. Te bendigo, amado hijo de mi Inmaculado Corazón. Y no mires tanto la televisión. 

Yo.- ¿De veras quieres que escriba esto último, Dios? 

+ Sí, mi hijo Cal, sabe por qué se lo digo. ¿Verdad, hijo mío?