Saltar al contenido

Revelaciones 8

… rezo…

 

Yo.- Prefiero tu amistad, amado Dios, que no la de los hombres, y toda la familia Lluvia-Dicha, está de acuerdo. Te amamos, te deseamos, y te agradecemos tu amistad.

+ (.-Cómo se ríe Dios, con orgullo; un orgullo bueno). Sí, hijos míos, estoy orgulloso de todos vosotros, y Yo, Dios, sentencio: ¡nadie podrá dañaros jamás, jamás, hijos tan y tan amados!, y además os acercaré multitud, multitud incontable de personas que os amarán.

Vais a hacer tanto bien al mundo, que Yo, Dios, certifico que no habrá, ni ha habido, seres creados por Mí, Dios Creador, que sean tan amados. ¡Lo sello con mi Santo Sello!

Yo.- (Se ha puesto ceremonioso al decirlo, y al final me ha sonreído con todo el amor de un Dios).

+ Es el amor que siento por cada uno de vosotros, hijos míos, tan amados y fieles a su Dios y a su Señor, por libre libertad, la libertad que Yo, Dios, doy a cada uno de vosotros, los hijos de los hombres.

Si dejáis que os ame, hijos míos, y me amáis, Yo os amo y os protejo, y os doy todo, todo lo que me place, todo lo que le place a Dios.

Aprended hijos míos, de la familia Lluvia; Yo, Dios, os amo como a ellos, y espero vuestro sí.

¿Me lo das, hijo mío, hija mía?

Di.