Jueves, 14 de Marzo de 1.997 Rezo… 11:54h. a 12:16h.
Yo.- Amado mío, ¡amor mío! Perdóname por lo poco que te amo, yo quisiera amarte más, mucho más, infinitamente más, pero veo que ante Tu Amor te amo poco, te amo mal. Perdóname y ayúdame.
+ Sí, te perdono Yo, Dios; sé que no sabes amarme tal y como Yo quiero.
Sí, me amas mal, no sabes amar a Dios, ya que amarme es obsesionarte por Mí y no lo haces así, te distraes y pierdes tu atención en Mí, y ya no soy Yo tu vida, sino que soy algo más en tu vida, y quiero ser el primero y el único en tu vida.
Yo.- Es muy difícil, no me acuerdo de perseverar; hay días y momentos que pienso en Ti, pero ocurre algo y me precipito y dejo salir mi individualidad. ¡Ni recuerdo a Mamá! Me olvido de amarte sobre todas las cosas: no tengo memoria. Perdóname. Y te digo que de verdad quiero, pero me olvido, me olvido y luego lloro, y sufre mi corazón por haberte abandonado. ¿Qué puedo hacer?
+ Rezar.
Hay que rezar, pero no hablo de oraciones, de las oraciones del catecismo, sino del diálogo de Padre e hijo, es decir, el diálogo entre tú y Yo.
Cuando te pones nerviosa, en vez de desconectar de Mí, debes, por el contrario, unirte más a Mí, a Dios; ¡háblame! Y antes de dejar salir tu voz, dialoga Conmigo en tu interior. Rézame y te daré mi amor, mi paz y mi protección.
No deseo que te vayas de este mundo, sino que vivas en Mí, en Dios, en este mundo; puedes hacerlo, debes hacerlo. Yo, Dios, estoy en el Cielo, en la tierra y en todo lugar, puedo y estoy siempre contigo.
No me excluyas, al contrario, únete a Mí, y Yo, Dios, te enseñaré a vivir en Mí, en Dios, y me amarás por mi amor, el amor creador.
Te amo Yo, Dios, te perdono. No sufras ya más. Te perdono.